El día de la salud mental materna se celebra el primer miércoles del mes de mayo y con la finalidad de voltear los ojos y la atención a todo lo que una mujer vive, experimenta y siente en el momento que debería ser "el más hermoso" de su vida y que sin embargo, la mitad de las mujeres que están embarazadas en este momento no lo ven así pues sufren de alguno de los 5 trastornos más comunes en esta etapa.
Sabemos que los factores que pueden causar cualquiera de estos trastornos son precisamente toda aquello que viene con una maternidad, como:
Quizás para todos los demás, que se encuentran fuera de un cambio físico, hormonal, de rutina, etc; les sea complicado comprenderlo, pero podemos poner atención a nuestras parejas si vemos cualquiera de los siguientes cambios en su persona para poder actuar de forma oportuna.
Cambios drásticos en el cambio de ánimo: La maternidad puede traernos mucha felicidad por tener en nuestros brazos al producto del amor, o a la persona que tanto habíamos esperado e idealizado. Pero también se puede tener una enorme tristeza por el cambio en los patrones de sueño, en el constante sentimiento de no terminar algo cuando ya tienes que hacer otra cosa, en lo abrumador que puede ser sentir tener que participar de todo en todo momento. Esto puede generar grandes cambios en el estado de ánimo.
Emociones y sentimientos de tristeza, ansiedad y depresión: La falta de un buen descanso y el no alimentarse bien, así como la falta de tiempo para el entretenimiento y el cuidado personal, pueden generar episodios de los 3 principales trastornos, pues el cerebro no tiene estimulantes para segregar hormonas de la felicidad.
Episodios de llanto frecuentes: De igual forma, y basados en los mismo puntos anteriores, se puede detectar periodos de tristeza e incluso rechazo a la maternidad, pues en el cuerpo suceden muchos cambios físicos e internos que son difíciles de explicar. Además de esto se hace real todos los miedos de fracaso, de incapacidad, ineptitud, miedos de hacerlo tan mal que podamos poner en riesgo la vida de otro ser que depende en su totalidad del cuerpo de una madre. Se pierde independencia y autoestima.
Descuido del aspecto personal: la ausencia de un autoestima y los cambios físicos que conllevan la maternidad así como la recuperación de nuestro cuerpo, puede traer un desinterés en el arreglo personal. La maternidad puede evocar toda nuestra atención al nuevo miembro y olvidamos que aún estamos ahí, que aún es necesario poner atención en nosotros, darnos amor, procuramos, darnos un momento, un tiempo.
Todo esto se puede evitar, se puede ayudar a la pareja aunque no entendamos muy bien por lo que está pasado, si notamos alguno de estos cambios en su comportamiento.
Lo principal es hacerle ver que la responsabilidad y las cosas por hacer no son solo tarea suya, es tarea de equipo. Permitirle a la pareja hacerse cargo de tareas que no requieran de la cercanía de la madre, permite generar un fuerte vínculo entre padre e hijo y permite que la madre pueda encontrar espacio para hacerse cargo de sí misma.
Date el permiso de no limpiar, de no ser perfecta, de no hacer la comida, y aprovechar cada momento que puedas para dormir junto a tu bebe, solo de esta manera podrás recuperar las horas de sueño y dejarás de sentirte tan cansada.Solo serán los primeros meses hasta que recuperes tu rutina y te adaptes a tu nuevo rol.
Acepta la ayuda de familiares y amigos, acepta la comida, acepta que te cuiden al bebé mientras terminas algunas tareas en casa, permítete sentir el aprecio y el consentimiento de otros, eso no te hara una mala madre ni significa que no puedes hacerte cargo de tus cosas. Mas bien, te hará sentir un poco de libertad mientras permites que otros disfruten de ver a tu bebé.
Conecta con otras mamás, primerizas y experimentadas, escucha todo lo que tienen por decir, ellas y apagaron por esto. OJO: Esto no quiere e ir que lo que ellas digan sea la total realidad, recuerda que cada quien según su experiencia y su vivencia, y puede diferir mucho, aunque en otras ocasiones puede ser un buen referente para que tomes una decisión. Además de que te permitirá sentirte acompañada con alguien que ya pasó por el mismo camino, y que quizás tuvo las mismas dudas que tu.
Dedícate un momento del día, aprovecha cuando hay alguien más contigo, pareja, amigos, familia, para hacer algo por ti, como bañarse, arreglarse, pintarse las uñas, alaciar el pelo, etc. Conforme vayas acostumbrándote a la nueva rutina, encontraras mas espacio para hacerlo sin necesidad de compañía. Cuando recuperes el ritmo del sueño, es posible que te encuentres con mayor energía para realizar estas cosas mientras tu bebé toma una siesta. No te olvides de ti.
Evita el consumo de sustancias nocivas, con cafeína o demasiado endulzadas, ya que pueden acelerar los síntomas de ansiedad o depresión. La comida balanceada y la ingesta de agua natural te ayudará mucho a balancearse y a recuperar tu salud mental pues oxigenas tu cerebro.
La madre es la cuidadora primaria de un nuevo ser, que viene al mundo sin información previa, aquí radica la importancia de voltear a ver la salud mental de las madres.
Ese nuevo ser que viene libre de conocimiento, aprenderá lo necesario de estos cuidadores primarios y eso puede hacer la diferencia entre un ser sano mental y uno que quizás tenga problemas para socializar o relacionarse con otros.
Las heridas de una infancia mal trabajada, pueden tomar fuerza en esta etapa por lo que también esto genera una gran importancia en el tratamiento e intervención en la salud mental materna. Es el momento para poder trabajar con dichas heridas y mejorar la relación con uno mismo y así poder tomar mejores decisiones, respecto a la crianza del bebé.
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